domingo, 11 de marzo de 2012

Consejo del Fabricante.


En una oportunidad me formularon la siguiente pregunta ¿si te fueras a una isla desierta, que cosas te llevarías?

Seguramente hay tantas respuestas como personas a las que se haga esta pregunta, pero en mi caso mas allá de la lista de objetos que se vienen a mi mente hay algo que no me podría faltar.

¿Cerveza? Mmm..., no, esta en la lista pero no es a esto a lo que me refiero.

No podría estar sin PERSONAS.

Tal vez la lista seria con quienes te irías, pero definitivamente no percibo la idea de vivir en soledad, soy una persona extremadamente sociable, puedo estar tiempo a solas, me gusta, disfruto del silencio y con los años he aprendido que son momentos únicos para pensar y bucear en mi mundo interior, pero lo mejor de mi sale a la luz cuando interactúo con otros, me encanta charlar y pasar tiempo con otras personas.

Cuando comento la idea de RePensar mi fe, cuando hablo sobre como vivir esta fe por fuera de una institución casi siempre oigo la sugerencia, en realidad, la advertencia sobre los peligros de andar por allí SOLO.

Que una braza se apaga si se aleja del fuego, que la única mano que puede sobrevivir separada del cuerpo es la de “Los locos Adans” o todos debemos estar sujetos a una autoridad.

Definitivamente cuando pienso en estos ejemplos ninguno de ellos esta en mis planes, no puedo vivir en soledad porque estoy convencido que nos crearon como seres sociales que nos construimos unos a otros a través de la vida, desde el mismo comienzo de ella.

Seguramente oíste en alguna ceremonia de casamiento “No es bueno que el hombre este solo” y como consecuencia de esta afirmación el diseñador de la vida le procura una compañía al hombre. Es interesante observar que cuando Dios realiza esta afirmación el pecado aun no había entrado en su creación, todo esta perfecto y en su lugar; la comunicación entre Creador y criatura estaba en su mejor momento, sin embargo la compañía de Dios parece ser que no era suficiente para el.

Allí entra en escena la compañía ideal para el hombre, pero también se crea el principio que la vida debe ser vivida junto a otros.

Andrea, mi esposa me acompaña en una infinidad de maneras, aquellos que nos conocen podrán dar fe que esto es así, pero hay espacios en mi vida donde son otros los que me completan y me ayudan a ser mejor persona, mejor cristiano. No quiero estar lejos de ellos.

Vivir mi fe de manera completa, vivir la experiencia de la vida cristiana en la soledad NO esta en mis planes ni en los de mi Creador para mí y para ninguno de nosotros.

Es posible formar parte de una comunidad, tener personas a quien rendir cuentas, que puedan auditar tu vida y caminar junto a otros la experiencia cristiana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario