lunes, 12 de marzo de 2012

Pà usted que sabe tanto.


Ayer pasamos un día espectacular, en familia y con amigos. Fuimos a la laguna de Chascomus a divertirnos un rato con un velero Q y por supuesto a comer una asadazo.

Entre los amigos se encontraba uno muy especial para mí, Mariano, con quien comparto aventuras como la de la foto, pero más importante, con quien camino la experiencia de la vida cristiana.

Aprovechando el marco nos adentramos a puro remo a la laguna y una vez allí tratamos de ponernos al día con las novedades, es decir, nos dimos tiempo, espacio y libertad para entrar en la intimidad de la vida del otro.

Sí bien soy unos cuantos años mayor que él nuestra relación es de pares, Mariano tiene toda la libertad para corregirme o llamarme la atención sobre algún aspecto en mi vida y créanme que lo ha hecho en varias oportunidades.

No es que quiera generarles algún tipo de envidia sana por la tarde divertida en velero o el rico asado, ni tampoco darles detalles de la amistad que nos une, quiero contarles la impresión que me quedo de uno de los temas que tocamos en nuestra charla.

Mariano me conto como esta su relación con su congregación local y con el pastor de la misma. Quiero decirles que estoy hablando de un joven muy comprometido con el Señor y su obra, líder en un ministerio llamado LaGram y en su comunidad, un tipo con un testimonio intachable, uno de esos jóvenes que cualquiera querría tener en su "iglesia".

Por diversos motivos, entre ellos un viaje a Ecuador de un mes, los campamentos de verano de LaGram que el administra o sus vacaciones familiares, Mariano no asiste a las reuniones dominicales hace ya TRES meses, su tristeza es que durante todo ese tiempo NADIE lo ha llamado de su congregación, ni NADIE le ha preguntado por su vida, sus preocupaciones, estudio, trabajo, relación con su novia, etc, etc.

Insisto en que NO es mi intención criticar a un modelo o a las personas que comparten una idea, simplemente quiero resaltar que hay formas y estilos que no llenan las necesidades de las personas. Puedo ver a Jesús, nuestro maestro y modelo comunicando a sus discípulos la importancia de estar con él, pasar tiempo juntos, tener una común -unión.

La importancia de repetir este principio es vital para llegar a ser IGLESIA, estar congregado es mucho más que asistir a "la reunión" estar congregado es caminar con otro la experiencia de la vida cristiana, es saber que uno tendrá con quien reír y con quien llorar llegada esa circunstancia.

Somos más que un numero, una banca ocupada o una herramienta útil para llevar adelante una actividad, somos personas que en la interacción con otros debemos estimular y ser estimulados a alcanzar la estatura de nuestro maestro y modelo.

El titulo de esta publicación esta sacado de una canción folklórica de José Larralde, el autor habla del gaucho, ultimo orejón del tarro que pregunta a los que creen tener todas las respuestas y ser dueños de todas las verdades, al igual que yo pregunta esperando tener respuesta.

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